LOS EJES
TRANSVERSALES EN EL CURRICULO
“Si la historia fuese un continuo de
tiempo sin variantes ni mudanzas, probablemente el hombre continuaría viviendo
en las cavernas”.
Daniel
Llano
Con la idea de Llano sobre la
continuidad en el tiempo, podemos hablar de transversalidad, un moderno
concepto para referirse en el contexto del curriculum de nuestros tiempos.
Quizá se haga familiar el término, pues se utiliza muy a menudo en los centros
escolares o en reuniones con los compañeros docentes, y no falta quien quiera
proponer algún trabajo en equipo que tenga que ver con la transversalidad.
¿Pero todos en algún momento habremos ya
experimentado la transversalidad que propone el curriculum?
Para tener un acercamiento con la parte
teórica que fundamenta la existencia de esta temática, retomo el eje sobre la
transversalidad en el currículo de la producción titulada “La investigación
curricular en México 2002-2011”, de Ángel Díaz-Barriga, quien asume que los
ejes transversales para las instituciones educativas representan una opción
educativa de manera paralela a los conocimientos, actitudes y valores que
complementan el plan de estudios.
Considera que los ejes transversales
“son una alternativa para disminuir la carga excesiva de contenidos en los
planes de estudio y son una forma de vincular al currículo con campos del
conocimiento y competencias que pretende estén presentes a lo largo del proceso
de formación educativa de los estudiantes” (Díaz-Barriga, 2013:165). Esta
afirmación se contrapone con lo experimentado de forma directa en la práctica
docente, ya que no se visualiza la disminución de la carga a la que se refiere,
sino que el trabajo en ocasiones es sumado a lo ya planeado.
Sin embargo, el concepto se sigue
manejando como parte de la terminología innovadora y aunque su uso es reciente,
no es así en la práctica cotidiana, como lo ejemplifica Díaz-Barriga en el caso
de la educación humanista de los Jesuitas, quienes en sus centros educativos
comunitarios desarrollan a la par procesos productivos o de emprendedores, sin
que hayan tenido que darle nombre a tal acción.
Me llama la atención que la búsqueda de
información que hace Díaz-Barriga sobre ejes transversales en nuestro país,
abarca un periodo de 10 años (2002-2012) y solo 21 documentos entre libros,
revistas, tesis, etc, se encontraron; 4 de ellos son libros, una tesis de
maestría, los demás son artículos de revistas,
documentos institucionales y ponencias, de los cuales 3 se refieren al
nivel básico, 3 al nivel medio superior y 10 al nivel superior y los 5
restantes al parecer pueden ser de cualquier nivel y es el año 2009, cuando se
ubica el mayor número de estas publicaciones, que coincide justamente con la
reforma educativa a todo esplendor.
LOS EJES
TRANSVERSALES EN LOS DIFERENTES NIVELES EDUCATIVOS.
Educación Básica
(preescolar, primaria y secundaria).
De los 3 materiales existentes, uno es
de Aguilar (2008) y dos pertenecen a la SEP (2010 y 2011). La Secretaria de
Educación Pública en ellos establece “un programa de renovación curricular y
pedagógica, en el que se llevan a cabo tres acciones: la implementación del
nuevo currículo de la educación preescolar (PEP), en el año 2004, el
establecimiento de la Reforma a la Educación Secundaria en el 2006 y la
renovación del currículo de primaria en el año 2009, de esta manera se articula
la Reforma Integral de la Educación Básica 2009 (RIEB)” (Díaz-Barriga,
2013:167).
Con éstas reformas, “los campos
formativos y asignaturas del mapa curricular de la educación básica contienen
un currículo transversal con
propósitos de enseñanza comunes para la atención de problemas del mundo y de la
vida, así como una serie de valores como el aprecio por la democracia, los
derechos humanos, la equidad de género, la igualdad en la ciudadanía, el
respeto por la pluralidad y la diversidad, el cuidado del ambiente, el cuidado
de uno mismo” (Díaz-Barriga, 2013:167)
Continuemos con el trabajo propuesto por
Aguilar (2008:27), sobre el desarrollo de la recepción crítica mediática, el
método plantea que “por medio del análisis de los códigos y fuentes culturales
de un programa televisivo determinado, se identifiquen las intertextualidades
presente en él” (pág. 167), la finalidad es desarrollar la competencia
intertextual y la visión crítica de los niños, contando con elementos para
fundamentar críticamente el consumo o su rechazo. Coincido con Díaz-Barriga en
que es un ejemplo de la preocupación de un docente por desarrollar propuestas,
pero me pregunto ¿cuántos docentes somos en el Estado? y solo un trabajo
sobresalió.
Pasemos ahora a los
ejes transversales en educación media superior.
Este apartado me llena de inquietud y
curiosidad. Sorpresa¡ solo 3 documentos sobresalen: Espinosa (2005), Gómez,
Sánchez y Nateras (2007) y SEP (2009), ésta última recupera el concepto de
transversalidad del acuerdo 442, por el que se establece el Sistema Nacional de
Bachillerato en un marco de diversidad, fechado el 26 de septiembre de 2008, donde
se identifica una de las características de las competencias genéricas: son transversales,
es decir, “relevantes a todas las disciplinas académicas, así como actividades
extracurriculares y procesos escolares de apoyo a los estudiantes”, lo que
supone que la RIEMS “toma las competencias como un eje transversal que permea
el plan de estudios de este nivel educativo en todas sus modalidades” (Díaz-Barriga,
2013:168).
Espinosa (2005), describe que
los ejes transversales, fue una estrategia que dimensionó el nuevo currículo
del Bachillerato de la UAEM, reconociendo que “los ejes transversales adquieren
importancia porque: ayudan a la relación y problematización entre las diferentes
disciplinas; posibilitan el educar para la vida; recuperan el aspecto humano,
la visión académica y las necesidades del estudiante…” (Díaz-Barriga,
2013:168).
La autora “describe que las asignaturas
abordan en el proceso enseñanza aprendizaje uno o varios de los siguientes ejes
transversales: educación en valores, ambiental, para la salud, sexual, para la
paz, para la democracia y del consumidor” (Díaz-Barriga, 2013:168), temáticas
muy parecidas a las ya mencionadas del nivel básico.
En el caso de Gómez, Sánchez y Nateras (2007), investigaron sobre las condiciones
requeridas para que los docentes que laboran en la UAEM “participen en la
inserción del eje transversal de educación ambiental en el currículo de
bachillerato universitario 2003” (Díaz-Barriga, 2013:169), del resultado se
obtuvieron las bases para desarrollar propuestas y alternativas que permitan la
concreción en las aulas.
Los ejes
transversales en la educación superior.
Díaz-Barriga reconoce que el periodo de
estudio se tuvieron diferentes transformaciones e innovaciones, generándose
modelos educativos innovadores, a los que integraron los referidos ejes
transversales. En este estudio sobresalen algunas instituciones conocidas como
la Benemérita Universidad de Puebla, la Autónoma de Nuevo León, la de Ciencias
y Artes de Chiapas y la Autónoma de Guerrero, será que la palabra clave ¿radica
en lo “autónomo”?.
En el caso de la Universidad de Puebla, incorporó los ejes transversales en el
Modelo Educativo Minerva y los define como “el conjunto de características que
distinguen a un modelo curricular cuyos contenidos y propósitos de aprendizaje
van más allá de los espacios disciplinares y temáticos tradiciones para
desarrollar nuevos espacios que en ocasiones cruzan el currículo en diferentes
direcciones…” (Díaz-Barriga, 2013:169).
De las habilidades transversales considera que “son destrezas y
capacidades que impactan cada etapa del desarrollo del estudiante y tienen
niveles de logros diferentes en cada una de ellas” (pág. 170).
Los ejes transversales que la
Universidad de Puebla retoma son 6: Formación Humana y Social, Desarrollo de
Habilidades del Pensamiento Complejo, Desarrollo de Habilidades en el uso de
las TICs, Lengua Extranjera, Educación para la Investigación y por último la
Innovación y talento universitario.
Viajemos ahora a Nuevo León. En la Universidad divide a sus ejes rectores en: ejes
estructuradores, operativo y transversales. Considera dos ejes transversales:
La internacionalización y la innovación académica y éstos se desarrollan
durante todo el currículo y son parte del proceso educativo integral. “Mediante
el proceso de internacionalización, se integra la perspectiva internacional a
un sistema universitario y la innovación académica sirve para la gestión de
saberes en la universidad” (Díaz-Barriga, 2013:170).
En el caso de la Universidad de Chiapas, en su estructura curricular, como proyecto “ético-político
de formación de sujetos en y para la acción, se considera bajo el principio de
transversalidad, ejes que atraviesan todo el currículo, desde su historicidad,
intencionalidad filosófica, proyecto de desarrollo social, núcleo de prácticas
transformadoras y miradas de futuros posibles” (Díaz-Barriga, 2013:171).
Para la Universidad Autónoma de Guerrero (AUG,2004:45), la transversalidad “es un enfoque dirigido
al mejoramiento de la calidad educativa y se refiere básicamente a una nueva
manera de ver la realidad y vivir las relaciones sociales, desde una visión
holística o de totalidad, que busca superar la fragmentación de las áreas de
conocimiento, la aprehensión de valores y formación de actitudes, la expresión
de sentimientos, maneras de entender el mundo y a las relaciones sociales en un
contexto específico” (Díaz-Barriga, 2013:171).
Esta universidad clasifica a los ejes
transversales de acuerdo con su correlación con los fines y propósitos del
modelo educativo e identifica “eje
heurístico que comprende el desarrollo de habilidades y capacidades para
resolver problemas. El eje teórico-epistemológico
que se sustenta en el estudio de la construcción, sistematización y
formalización del conocimiento con la finalidad de presentarlo en su génesis
histórica y científica; eje
socio-axiológico, mediante el cual se busca que la formación de los
profesionales esté centrada a su vez en la formación humana social y de
valores. Eje profesional que propone
enriquecer la vocación del estudiante mediante el fortalecimiento de
habilidades y competencias en la perspectiva de una formación para el ejercicio
eficiente y eficaz de una profesión determinada” (Díaz-Barriga, 2013:171).
Como temas transversales retoma: Derechos humanos, medio ambiente,
genero, tecnología, medios de comunicación, multiculturalidad, disciplina
escolar, diversidad, pluralidad, equidad, libertad y pobreza.
La UAG (2004:47), sostiene
que las habilidades transversales
“son destrezas y capacidades transversales que atraviesan desde la educación
inicial hasta el último año de escolaridad, pero en cada etapa tiene niveles de
logro diferentes” (Díaz-Barriga, 2013:172).
En otras investigaciones, se reconoce
que los ejes transversales como parte de la innovación curricular están siendo
trabajados como parte del proceso formativo de los estudiantes. (pág. 172).
El trabajo de Guillén
y Cuevas (2010), versa sobre una propuesta educativa, cuya finalidad es
concientizar, en su caso a las instituciones formadoras de enfermeras, sobre la
importancia de incorporar los valores de manera transversal en el currículo de
estas profesionales, planteando los temas transversales como contenidos que
refieren a problemas actuales y donde deban tomarse decisiones para
solucionarlos, por lo tanto su propuesta es que los estudiantes “cuenten con
capacidad para adoptar actitudes y comportamientos basados en valores que los
transforme en personas y profesionales que puedan afrontar las necesidades del
nuevo siglo. Sostienen que el servicio, la serenidad, la experiencia, la
sinceridad, la honestidad, la disciplina y el respeto son algunos de los
valores transversales necesario que deben impregnar las acciones de los futuros
profesionales para que puedan ejercer con valores” (Díaz-Barriga, 2013:72-73).
El trabajo de López, Bárcenas y Guajardo (2011), integra la experiencia con
investigadores en la Universidad Iberoamericana de Puebla. “En el marco de la
actualización de planes de estudio, este proyecto consiste en la formulación y
fundamentación de una pregunta ética que orientará el sentido del currículo de
cada uno de los programas de licenciatura. Esta pregunta ética será un elemento
transversal orientador que se trabajará en cada una de las asignaturas”
(Díaz-Barriga, 2013:173).
La investigación tiene varias etapas,
iniciando con talleres por departamento, con una perspectiva humanista compleja
y visión ética profesional.
El caso de Domínguez y Vélez (2009), trabajan con alumnos de la Facultad de
pedagogía de la Universidad de Veracruz, reportando algunas técnicas de
evaluación de los aprendizajes aplicadas a un curso-taller de diseño
curricular, con sus lineamientos se diseñó el plan de estudios 2000. Los procesos
de evaluación aplicados fueron sobre evaluación formativa y sumativa.
El propósito de los trabajos de Romero, Rebolledo y Ayala (2009), fue
“identificar las relaciones entre las características de los estudiantes antes
de ingresar a la Universidad Autónoma de Baja California Sur y durante su
permanencia en ella, con el objeto de replantear la impartición de las
asignaturas de los primeros semestres de matemáticas mediante competencias
transversales que ayuden a disminuir problemas de reprobación, rezago
estudiantil y deserción” (Díaz-Barriga, 2013:173).
Gómez (2011) presenta en su
avance de investigación, su hipótesis después de revisar la modernidad y
posmodernidad y sostiene “la necesidad de superar la actual racionalidad que ha
conducido a esta globalización, por otra racional capaz de captar el dinamismo
vivificante que lleve a integrar el desarrollo regional sustentable como un eje
curricular transversal en la formación de profesionales en educación superior” (Díaz-Barriga,
2013:174).
Con estos referentes, se ejemplifica a
las escuelas del nivel superior que han incorporado los ejes transversales a su
curriculum, cuya instrumentación es general y globalizada, no delimita el campo
de conocimiento, reconociéndose la diversidad e temas que pueden ser aplicados
como ejes transversales.
Reflexiones y
análisis en torno a los ejes transversales.
Menciona Díaz-Barriga, que hay otros
trabajos que reflexionan sobre los ejes transversales desde diferentes
referentes teóricos, epistemológicos o representan cuestionamientos y
reflexiones en torno al tema. (Díaz-Barriga, 2013:174)
Como ejemplo se cita a Barbero (2003),
Lugo (2007), Munévar y Villaseñor (2005), Díaz-Barriga, A. (2005b) y Flores
(2009).
De Barbero,
destaca la cuestión de ¿qué hablamos cuando nos referimos a la transversalidad
o a las competencias transversales?. Entiende pues, a la transversalidad en un
sentido “antropológico de hibridación de competencias que hibridan no sólo
diferentes tipos de saber, sino también, diferentes lenguajes y racionalidad” (Díaz-Barriga,
2013:174), sosteniendo que ya no se puede seguir enseñando como si unos
nacieran para ser poetas y otros científicos. La transversalidad no habla solo
de transdiciplinariedad, sino entre ciencias, artes, técnicas, creencias,
imaginarios y comportamientos.
Lugo, analiza dos
innovaciones educativas: la flexibilidad curricular y ejes transversales. De
los ejes transversales sostiene que “atienden a problemáticas relacionadas con
todas las áreas de formación… son temas determinados por situaciones
problemáticas que suelen atravesar el análisis de la sociedad desde una
dimensión ética y desde una complejidad conceptual” (Díaz-Barriga, 2013:175).
Los ejes transversales tienen un
carácter globalizante porque atraviesan, vinculan y conectan muchas disciplinas
del currículo, lo cual significa que recorren asignaturas y temas que cumplen
el objetivo de tener visión de conjunto” (Díaz-Barriga, 2013:175).
Múnevar y Villaseñor, “discuten el papel
de los nuevos lenguajes en la creación, desarrollo y proliferación de ideas
entre los miembros de cualquier grupo humano, especialmente entre los grupos
sociales oprimidos” (Díaz-Barriga, 2013:176), su idea versa sobre el género y
la igualdad.
El propio Díaz-Barriga, sostiene “que la formación en valores es un tema que
ha reclamado la atención de los especialistas en educación en los últimos años.
Ante un deterioro generalizado de múltiples comportamientos que se observan en
todos los niveles de la sociedad: agresiones entre grupos étnicos,
manifestación de inconformidad social, diversas formas de violencia real y
simbólica… se ha cuestionado hasta dónde corresponde a la escuela y a los proyectos
curriculares impulsar con mayor fuerza la formación en valores” (pág. 176).
Afirma que los temas transversales
ofrecen dos soluciones a un debate: son temas en plural y la transversalidad
puede ser definida desde el proyecto nacional, pero que requiere ser discutida
en la escuela, en los consejos técnicos y los temas pueden ser aquellos que no
se incluyen en alguna asignatura como educación en derechos humanos,
democracia, educación ambiental, educación de género.
Flores, hace una
investigación documental sobre la incorporación de los ejes transversales en el
currículo, revisando artículos, revistas electrónicas de 7 países: España,
Venezuela, Argentina, Brasil, México, Chile y República Dominicana, del periodo
1995 a 2008 y las temáticas que sobresalen en relación a los ejes transversales
son tres: relevancia entre la propuesta curricular y los ejes transversales; el
problema de la formación docente y los ejes transversales; y diversas
aportaciones y reflexiones que se desarrollan en torno a la temática.
Análisis de las
tendencias encontradas respecto a ejes transversales.
En éste análisis se ha identificado a
los ejes transversales como un concepto vinculado a las innovaciones
curriculares y están siendo incorporados a los diferentes niveles educativos
con estrategias y perspectivas diferentes, pero compartiendo el objetivo de
incrementar conocimientos, actitudes y valores de los estudiantes a la par de
los contenidos curriculares (pág. 177).
De igual forma se han identificado
algunas coincidencias en los artículos analizados (pág. 178):
·
Se vincula a los ejes transversales con destrezas y capacidades que
impactan cada etapa de desarrollo del estudiante.
· En el caso de la Universidad de Puebla, los vinculan al inicio del plan
de estudios con la instrumentación de una asignatura, lo que significa que se
debe tener conocimiento sobre el eje para poderse desarrollar con mayor
profundidad.
·
Se relacionan con una función globalizada, holística y de totalidad en
el currículo.
·
Son aplicables a todas las disciplinas y ayudan a la relación entre
ellas.
·
Las universidades de Veracruz y Guerrero coinciden en proponer los ejes
teórico, heurístico y axiológico para permear el currículo.
·
Se cuestiona y reflexiona sobre el tema.
De la diversidad de temas que aparecen,
que se abordan desde esta estrategia se encuentra los ejes transversales
centrados en el currículo y en el proceso educativo, del que se identifica la
educación basada en competencias. Otro eje transversal es la educación centrada
en el aprendizaje y la inter y transdisciplinariedad curricular. Un eje más, se
centra en fomentar el desarrollo científico y tecnológico. Otros sugieren
abordar temas sociales (democracia, medio ambiente y educación ambiental,
educación para la paz, etc.) como eje transversal. Otro eje se centra en los
actores educativos, con temas de valores, género y derechos humanos. (pág.
179).
No menos importante también son los
temas como educación para la salud, educación sexual, igualdad en la ciudadanía,
educación el consumidor, innovación y talento emprendedor, lenguas extranjeras,
desarrollo de habilidades del pensamiento complejo, educación para la
investigación, formación ciudadana e identidad universitaria, etc.
En nuestro país, los ejes transversales
se están implementando en el curriculum para incrementar las competencias de
los estudiantes y sensibilizarlos ante la diversidad de problemas.
Currículo, educación
a distancia y tecnologías de la información y la comunicación.
Del análisis que hizo Díaz-Barriga y
Lugo del estado del conocimiento del campo del currículo en el periodo
1992-2002, identificaron varios modelos en el desarrollo del currículo,
destacando la incorporación de las TIC y la Educación a Distancia, con lo que
se pretendía innovar el curriculum y la enseñanza.
El análisis sobre la producción
documentada del periodo lo han dividido en 4 secciones, de la que solo menciono
la primera que tiene que ver con las precisiones metodológicas, al que refiere
Díaz-Barriga que se analizaron los trabajos existentes de la base de datos que
generó el equipo de investigadores etiquetados como sub áreas de la TIC y
educación a distancia y otros localizados en memorias de congresos nacionales
como el COMIE o por la Sociedad Mexicana de computo educativo, privilegiándose
los que su tema central era curriculum en combinación con las TIC o con
educación a distancia y que además estuvieran en versión completa y rebasaran
el plano de una clase o curso aislado.
Concluyo que el curriculum es un campo
poco reflexionado por los docentes que educan, forman o preparan nuevas
generaciones, las tareas cotidianas las llevamos a cabo sin plena conciencia de
las implicaciones o necesidades, cuyo sentido común nos hace actuar frente a
nuestros estudiantes y cuando se trata de analizar y comprender la realidad nos
vemos conflictuados, sin elementos que justifiquen teóricamente las acciones
que desarrollamos al interior de nuestras aulas de clase.