Casanova, Ma. Antonia
(2009). Diseño curricular e innovación educativa. 2ª edición. La muralla.
Madrid.
En el capítulo 4, titulado OBJETIVOS
DE LA EDUCACION Y CONTENIDOS CURRICULARES, se define la palabra objetivo como “fin
para el cual se realiza una acción, objeto de alguna actuación o meta que se
desea conseguir. El objetivo es lo que se pretende alcanzar tras una serie de
acciones y de manera más o menos inmediata” (Casanova, 2009:95).
De igual forma asume que
“los objetivos de la educación responden a las preguntas: ¿para qué educar?
¿Para qué enseñar? Son el para qué, el sentido último de la actuación
educativa, aunque ésta nunca finalice” (Casanova, 2009:95).
“Siempre que emprendemos un
camino debemos saber hacia dónde vamos y qué queremos alcanzar” (Casanova,
2009:95-96).
“El objetivo también se
define como algo que se desea poseer o alcanzar” (Casanova, 2009:96).
Casanova (2009) considera
que “para que el objetivo funcione como estímulo del curriculum, como motor de
las intervenciones educativas, el docente debe interiorizarlo como propio y
considerarlo como positivo para su acción en el aula… al definir objetivo han
aparecido los términos “meta” y “fin”, en educación se vienen aplicando estos conceptos
con algunas diferencias de matiz en su utilización. En la bibliografía
pedagógica y también en las normas legales educativas de amplio rango, aparecen
las finalidades o metas de la educación, de un sistema o de una etapa que
comprende varios años de desarrollo” (pág. 96).
“Se habla de metas o
finalidades de la educación cuando se fijan las más altas expectativas a las
que puede llegar la persona, en este caso mediante el seguimiento del sistema
propuesto.
Como es obvio, estas grandes
metas y fines o finalidades resultan imposibles de evaluar, por lo que,
igualmente, nunca se sabe si llegan a alcanzarse” (Casanova, 2009:96).
“Tras determinar las
finalidades de la educación, suelen considerarse los denominados objetivos
generales, que define también grandes pretensiones formativas para conseguir a
lo largo de las diversas etapas educativas en las que se divide el sistema o en
el desarrollo de áreas curriculares” (Casanova, 2009:100).
Como ejemplo de objetivo
general, Casanova cita el de la Educación Secundaria Obligatoria “conocer,
valorar y respetar los aspectos básicos de la cultura y la historia propias y
de los demás, así como el patrimonio artístico y cultural” y que para lograrse
deben existir otros objetivos subsidiarios.
Se asume además que los
“objetivos constituyen un referente valioso para trazar las vías de la
educación y se hace necesario disponer de indicadores procesuales que vayan
informando e iluminando acerca de cómo se avanza en la docencia y en el
aprendizaje” (Casanova, 2009:101).
Con respecto de los
objetivos específicos, aparecen en cada área “de forma concreta y evaluable
para ir detectando su consecución en el propio proceso de enseñanza y
aprendizaje” (Casanova, 2009:101), de tal forma que los objetivos que se
construyen para las planeaciones docentes, pueden determinar si se cumplen o
no.
“Los objetivos se asemejan a
los indicadores de calidad que se formulan para la evaluación del sistema
educativo o de los centros docentes. Cuando nos referimos al indicador lo
hacemos como “la descripción de un a situación, factor o componente educativo
en su estado óptimo de funcionamiento” (Casanova, 2009:102).
Con respecto de los
objetivos didácticos, que son como los indicadores de evaluación de centros, se
destacan las siguientes líneas de trabajo:
a) “Relevancia, para que los aprendizajes que
reflejen resulten los más importantes y significativos de cara al avance en la
etapa educativa.
b)
Claridad, para que sean fácilmente
comprensibles y, en consecuencia, evaluables.
c)
Concreción, eliminando todo tipo de
ambigüedades y haciendo referencia a aprendizajes unívocos en su formulación.
d)
Operatividad, para que sea posible valorarlos
directamente, sin necesidad de acudir a otros complementarias que permitan su
evaluación real” (Casanova, 2009:103).
Cuando se formulan
indicadores a modo de objetivos didácticos, se debe tener en cuenta lo
siguiente:
a)
“La normativa vigente en el momento de su
concreción.
b)
Las aportaciones y últimos avances en
psicología, pedagogía, etc.
c)
La experiencia profesional del equipo de
profesorado o de expertos que los formula.
d)
Las necesidades planteadas por la comunidad
educativa y su entorno.
e)
Las exigencias sociales del contexto.
f)
Los objetivos generales que se pretenden
lograr” (Casanova, 2009:103).
MODELOS
DE ENSEÑANZA Y MODELOS DE OBJETIVOS
“La pedagogía por objetivos
ha constituido una fuerte corriente durante bastantes años y ha determinado el
modelo educativo de varias generaciones” (Casanova, 2009:104).
.
“La concepción de la persona
y, en consecuencia, el modelo educativo que se propone para ella son los
referentes básicos cuando se decide el sistema educativo y su modo de
implementación práctica” (Casanova, 2009:104).
“se puede hablar de dos
modelos a la hora de gestionar la educación: el tecnológico (de tendencia
socioeconómica) y el humanístico (de tendencia psicológica)” (Casanova,
2009:104).
El
modelo tecnológico “propone una aproximación tecnocrática a la
gestión de la enseñanza, cuya finalidad es un producto educativo deseado para
la condición humana. Se reúnen las materias primas en las mejores condiciones
(selección de personas y adquisición de medios) para emprender un tratamiento
que permite obtener el resultado requerido. Se busca lo que “vaya mejor” y se
ignoran, en buena medida, las consecuencias individuales o sociales. Se
pretende optimizar la productividad mediante el conocido esquema de
“entrada–tratamiento-salida-retroalimentación”, para lo cual su objetivo es
lograr el mejor resultado al menor costo” (Casanova, 2009:104). Con este
esquema se alude al modelo conductista.
El desarrollo del modelo se
basa en el análisis de necesidades, “en las que lo económico juega un papel
importante y se asignan objetivos al curriculum mediante un programa de
carácter bastante imperativo, buscando los medios más eficaces y menos costosos
para conseguirlos. El rendimiento del alumnado se evalúa al final de cada etapa
mediante exámenes. En este tipo de gestión es fundamental el poder centralizado
en la Administración, ya que a los agentes educativos (profesores) les queda la
función de transmitir y ejecutar lo programado” (Casanova, 2009:105).
“No es difícil la crítica de
este modelo: por un lado, ignora las diferencias humanas a la hora de
desarrollarse y de aprender realmente unos saberes útiles a la vez que
conseguir unos objetivos valiosos para la vida: una vida concreta en unas circunstancias
específicas. El mismo camino guiado por una taxonomía de objetivos no sirve
igual para todos; por el contrario, son pocos los que lograr adentrarse y
acoplarse al mismo. El resto de la población queda en posición marginal, en
situación de desventaja con respecto a los “triunfadores” del sistema”
(Casanova, 2009:105).
Casanova comenta sobre el
poco estimulo que tiene para el docente, toda vez que su función se encuentra condicionada
ante la línea inflexible, aunque en la cotidianidad es difícil no desviarse y
ello tenga consecuencias negativas para los estudiantes, además de ser los
exámenes quienes “mandan en el curriculum; es decir, los objetivos iguales para
todos en un examen único están condicionando el éxito o el fracaso del alumno”
(Casanova, 2009:105). Ante el rechazo recibido en varios ámbitos, por fijar
objetivos, se tuvo que modificar la terminología de “objetivo” por la de
“propósito”.
Madaus y Kallaghan
(1992:144), citados por la propia Casanova, señalan “El examen determina el
curriculum y no a la inversa. Desanima la experimentación pedagógica, limita la
elección de las materias enseñadas, compromete la libertad metodológica y no
sirve para la adhesión a los mejores valores dentro de la clase” (Casanova,
2009:106). Por lo tanto, si el objetivo del alumno es aprobar un examen, éste
lo hará, a pesar de contar con otras cualidades tanto sociales, afectivas o
artísticas, ya que estará preparado para “aprobar exámenes”, sin advertir otras
virtudes de su persona.
El
modelo humanístico, tiene como criterio prioritario “el respeto
a la persona, que no debe ser considerada ni utilizada como un instrumento y,
por lo tanto, procura respetar su libertad y sus proyectos personales como
principio preferente de actuación; si bien, siempre teniendo en cuenta la
libertad y dignidad de los otros” (Casanova, 2009:106).
Se debe tener presente que
no es posible encontrar alguno de estos modelos en estado puro, ya que ambos
pueden presentar características del otro y cuando se aborde alguno, solo se
estará considerando la dominancia de los rasgos que le identifican.
Al centrarse en lo
cualitativo, en el modelo humanístico se debe permitir el desarrollo de las
competencias y capacidades del individuo, fomentando los talentos e intereses
de cada persona. “ser uno mismo, significa, al fin, ser diferente al resto y
poder construir el propio porvenir” (Casanova, 2009:106).
En este modelo, tanto los
profesores como los estudiantes, tienen mucho que aportar para la educación en
la realidad donde se desarrollan, ya que cada individuo o grupo de ellos, es
diferente, por lo que utilizar estrategias acorde a las necesidades presentadas
es lo más conducente.
Se refiere que según Neill
(1982), Stenhouse (1984), Martínez Rodríguez (1999), puede proponerse la
inexistencia de objetivos predeterminados, ya que deben estar construidos de
acuerdo a los intereses del alumnado. Por lo tanto la crítica al modelo está
orientada al exceso de apertura que impide garantizar na calidad educativa
equivalente al conjunto de la población.
Al parecer, actualmente se formulan
objetivos de carácter amplio, permitiendo al centro escolar los concrete en
función de su entorno y población y aunque se actúe con dicha libertad, los
estudiantes se ven sometidos a exámenes externos, que monitorean sus aprendizajes,
lo que implica que de acuerdo a ésta acción, se orienten los esfuerzos para
atender ésta acción educativa. (pág. 107)
LA
SECUENCIA DE LOS OBJETIVOS EN EL DISEÑO CURRICULAR.
Al elaborar un diseño
curricular de cualquier nivel, se inicia con grandes metas o finalidades de la
educación, que son los objetivos a largo plazo, cuya característica es amplia y
ambiciosa, ya que se perfilan a lograr alcances máximos a través de la
educación, su marco es general y ambiguo en cuanto a la comprobación de su logro.
(pág. 108)
Menciona Casanova que los
objetivos generales, “aparecen en las normas legales de alto rango, como son
las leyes” (pág. 109), que de alguna manera atienden a necesidades sociales y
hoy en día hasta globales. “A partir de los objetivos generales de las etapas
educativas del sistema y una vez definidas las áreas curriculares que serán
objeto de enseñanza y de aprendizaje, se van estableciendo los objetivos
generales en términos de capacidades o competencias de cada una de ellas. Y, ya
determinados los objetivos de las áreas, habrá que desglosarlos ciclo a ciclo o
curso a curso, según los casos y la consiguiente subdivisión de la etapa”
(Casanova, 2009:109).
Los objetivos que plantean
los docente en sus planeaciones, no incluyen objetivos generales, sino son más
específicos de acuerdo a la materia o curso que imparta y deben tener la
característica de poderse evaluar, ya que de no ser así, no podrá identificarse
el grado de dominio de las competencias que hayan adquirido los estudiantes,
por ello la importancia de que el objetivo que se plantee sea el adecuado.
LOS
OBJETIVOS Y SUS CARACTERISTICAS:
El diseño curricular debe
estar estructurado con características como: “planificado, coherente,
selectivo, provisional, sistemático, democrático, ecológico, funcional,
centrado en la escuela y relacionado con el entorno común y diversificado,
integrado, intercultural e influyente en todas las actuaciones escolares” (Casanova,
2009:110), lo que significa que es ideal que éstas características estén
presentes en todos los elementos del curriculum.
Por lo tanto, los objetivos
“deberán estar bien planificados, serán coherentes, funcionales, de carácter
intercultural, integrados si se ha optado por este modelo curricular,
democráticos, etc.” (Casanova, 2009:110).
OBJETIVOS
GENERALES VERSUS OBJETIVOS OPERATIVOS
Casanova (2009) menciona que
“en la educación obligatoria nos jugamos mucho con buena parte del alumnado,
que no volverá a una institución educativa y, por ello, debe alcanzar los
medios y las estrategias para seguir aprendiendo y vivir dignamente en la
sociedad. Se corre un gran riesgo si no se definen, aunque no sea de forma
cerrada, unas capacidades que deban desarrollarse y una competencias cuya
adquisición sea positiva para todos y que orienten la educación e un país y en
una sociedad”. (pág. 112)
La taxonomía de Bloom
(1979), señalan “un camino que, previsiblemente, todos deberemos seguir en
nuestro proceso de aprender. Ante un estímulo, tendremos que reaccionar al
unísono y continuar la misma ruta hasta llegar a la finalidad prevista”
(Casanova, 2009:112).
Casanova, considera que ésta
posición ha sido superada, ante las diferencias de cada persona, como sus
percepciones y ritmos de cada uno, ya que lo que le interesa a uno, no le
interesa a otro. En este sentido, la atención educativa debería ser
diversificada, lo que contrasta con las posiciones rígidas de los objetivos,
afectando el proceso de aprendizaje de cada persona.
Refiriéndose al poema de
Kavafis (1911), titulado Ítaca, ejemplifica, ir por un camino largo, pero sin
prisa, se trata de recrearse en él, es decir, vivir educándose y disfrutando de
esa misma educación.
“El desarrollo personal se
produce durante los procesos de aprendizaje, no al llegar al objetivo al final
del proceso. El objeto se va consiguiendo en el camino. El aprendizaje es una
secuencia continuada y progresiva, por lo que esos pequeños objetivos diarios,
procesuales, son los variados caminos que van llevando a Ítaca, cuya
funcionalidad, en parte, es utópica” (Casanova, 2009:114).
De Eduardo Galeano, se
explica porque para un educador mantener la utopía es una obligación:
Ella está en el horizonte,
Me acerco dos pasos
Y ella se aleja dos pasos,
Camino diez pasos
El horizonte se corre
Diez pasos más allá.
Por mucho que yo camine
Nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve. Para seguir caminando.
CONTENIDOS:
LOS CONTENIDOS CURRICULARES:
CONCEPTO Y CLASIFICACION
El medio por el cual se
alcanzan las metas y objetivos, son los CONTENIDOS, palabra que da idea de algo
que está dentro de otra cosa, aunque el Diccionario de la Lengua Española
(2001:636) indica que es “tabla de materias, a modo de índice”.
Afirma Casanova que “no se
puede olvidar que el contenido es, en definitiva, un medio para conseguir el
objetivo marcado. Si cambia el objetivo, deben cambiar los contenidos a través
de los cuales se alcanzará”. (pág. 116)
Hay dos cosas que son
evidentes “en la relación objetivos/contenidos:
a)
Todo objetivo necesita de contenidos
apropiados para ser conseguido y todo contenido tiene sentido si se orienta
hacia la consecución de un objetivo.
b)
Si un objetivo no tiene sus correspondientes
contenidos, no se logrará”. (pág. 117)
Es importante señalar el
giro que se ha dado al concepto de “contenido” tanto en la enseñanza, como en
el aprendizaje, pasando el Contenido de ser un simple temario, a tener una
amplia concepción de que todo lo que se aprende se puede enseñar y por lo
tanto, se convierte en un contenido educativo. (pág. 117)
Los contenidos no son
exclusivos de algún área, sino que comprenden principios, actitudes y valores.
Como ejemplo de la clasificación de los contenidos procedimentales en educación primaria se utilizan los siguientes
términos: “exploración, recogida, elaboración, análisis, utilización, dominio,
preparación, realización, sistematización, observación, confección,
interpretación, lectura, comparación, redacción, manejo, planificación,
clasificación, consulta, registro, construcción, mantenimiento, identificación,
selección, localización, manipulación, evaluación, dramatización, simulación,
previsión, archivo, reconocimiento, descripción, uso, coordinación,
organización, composición, estructuración, práctica, recreación, improvisación,
discriminación, escritura, reproducción, audición, experimentación, diferenciación,
creación, transformación, búsqueda, comentario, valoración, grabación, interiorización,
control percepción, destreza, adaptación, preparación, acondicionamiento,
integración, adaptación, recopilación, aplicación, habilidad, comprensión,
resumen, asociación, comentario, recitación, representación, enjuiciamiento,
expresión, codificación, descodificación, anticipación, comprobación,
resolución, elección, producción, formulación, verbalización, indagación,
contraste, transferencia, cálculo, explicación, estimación, automatización,
composición, descomposición, medición, obtención, relación, memorización,
ampliación, entonación, acentuación, sustitución, reducción, distribución,
intercambio, etc.” (Casanova, 2009:120).
Los términos utilizados con
la parte actitudinal son “sensibilidad, actitud crítica, valoración crítica,
aceptación, respeto, interés, curiosidad, gusto, responsabilidad, cuidado,
rechazo, participación toma de conciencia, solidaridad, comprensión,
consideración, conservación, tolerancia, apreciación, satisfacción, confianza,
esfuerzo, disposición, disfrute, atención, espontaneidad, desinhibición,
apertura, contribución, coherencia, seguridad, autonomía, flexibilidad,
iniciativa, voluntariedad, autoexigencia, rigor, perseverancia, precisión,
veracidad, etc.” (Casanova, 2009:120).
“Para que el alumnado
adquiera efectivamente los contenidos necesarios, debe aprender de modo
preferente estrategias de aprendizaje que le conduzcan al dominio de las
competencias clave para su vida futura” (Casanova, 2009:121).
Casanova (2009), retoma la
definición de estrategia de Monereo
y Castelló (1997:54): “…un proceso de toma de decisiones, consciente e
intencional, acerca de qué conocimientos conceptuales, procedimentales y
actitudinales poner en marcha para conseguir un objetivos de aprendizaje en un
contexto definido por unas condiciones específicas” (pág. 121).
Otra definición de
estrategia, la retoma de Beltrán (1993:54), quien considera que son
“actividades u operaciones mentales empleadas para facilitar la adquisición de
conocimiento; y las características que deben poseer las estrategias son: que
sean directa o indirectamente manipulables y que tengan un carácter intencional
o propositivo” (Casanova, 2009:121).
“Las estrategias al servicio
del aprendizaje implican un plan de acción respecto a los mecanismos que puede
poner en marcha el sujeto a la hora de aprender” (Casanova, 2009:121).
“El camino para alcanzar
aprendizajes significativos y pertinentes debe centrarse en el desarrollo de estrategias
de aprendizaje y en el dominio de competencias, ambos elementos procesuales de carácter
transversal, de manera que sea posible conjugar la motivación del educando con
la funcionalidad y efectividad de los objetivos educativos propuestos por la
sociedad y reflejados en los sistemas de educación” (Casanova, 2009:122).
LA METODOLOGIA Y LAS
COMPETENCIAS COMO CONTENIDOS DE APRENDIZAJE.
La metodología es la forma
de hacer del profesor, fundamentalmente, y las competencias se asocian al modo
de formular los objetivos, pero ambas inciden esencialmente en lo que aprende
el alumno y en como aprende, todo lo cual resulta decisivo para alcanzar la
estrategia del aprendizaje permanente” (Casanova, 2009:123).
“La metodología no
constituye solamente la opción del profesor para enseñar, sino que se convierte
en contenido preferente de aprendizaje para el alumno” (Casanova, 2009:124).
“¿Qué es la competencia? Básicamente,
la idoneidad para desarrollar una acción. Cuando una persona es capaz de
desempeñar un trabajo, se dice que es competente para el mismo. Ciertamente, se
asocia sobre todo con el campo profesional, desde cuyo enfoque es definida por
Levy-Levoyer (2003:47): “las competencias están ancladas en comportamientos
observables en el ejercicio de un oficio o de un empleo y se traducen en
comportamientos que contribuyen al éxito profesional en el empleo ocupado” (Casanova,
2009:124).
Le Boterf (2001:54), en
Casanova (2009:124), afirma: “la competencia es una construcción, es el
resultado de una combinación pertinente de varios recursos”. “Una persona
competente es una persona que sabe actuar de manera pertinente en un contexto
particular, eligiendo y movilizando un equipamiento doble de recursos: recursos
personales (conocimientos, saber hacer, cualidades, cultura, recursos
emocionales…) Saber actuar de forma pertinente supone ser capaz de realizar un
conjunto de actividades según ciertos criterios deseables” (pag.5).
En síntesis se firma que “la
competencia está formada por un conjunto de conocimientos, destrezas,
habilidades, actitudes y valores que permiten a la persona desenvolverse en los
distintos ámbitos en los que desarrolla su vida con un nivel de calidad
satisfactorio” (Casanova, 2009:125).
“Echeverría (2002),
relaciona las competencias con los distintos tipos de conocimiento que
predominan en ellas, así, se refiere a las competencias
técnicas, cuando precisan de conocimientos especializados; a las competencias metodológicas, que hacen
referencia a la aplicación del conocimiento a situaciones concretas; a las competencias participativas, que
implican capacidades para la comunicación, cooperación y participación
interpersonal y, por fin, a las competencias personales, relacionadas con
valores, actitudes y la posesión de una autoimagen realista” (Casanova, 2009:125-126).
Incluye Casanova (2009:126),
la recomendación que hace la Unión Europea a los Estados, que entiendan la
competencia clave como “un conjunto de conocimientos, destrezas y actitudes
esenciales para que todos los individuos puedan tener una vida plena como
miembros activos de la sociedad”
“Al definir y trabajar las
competencias se pone el acento en la necesidad de “aplicar” las capacidades
desarrolladas a través de los diferentes contenidos tratados. Se habla, en este
sentido, de competencia potencial y competencia
constatada. La primera se identificaría con capacidad, como posibilidad de
desarrollo, mientras que la constatada
supondría y la adquisición y realidad de aplicación de la misma” (Casanova,
2009:126).
F.E.Weiner (OCDE, 2001),
define a la competencia clave como “un sistema más o menos especializado de
capacidades, competencias o destrezas que son necesarias o suficientes para
alcanzar un objetivo específico”. (Casanova, 2009:126).
J. Coolahan (1996), define
las competencias clave como “la capacidad general basada en los conocimientos,
experiencias, valores y disposiciones que una persona ha desarrollado mediante su
compromiso con las prácticas educativas. Lo principal en la competencia es su
puesta de manifiesto a través del desempeño o ejercicio de actuaciones concretas
y correctas, que se correspondería con la competencia constatada, antes
aludida. Si no se explicita, podremos hablar de capacidades potenciales, pero
no de competencias adquiridas” (Casanova, 2009:126).
LA
SELECCIÓN DE CONTENIDOS
Casanova, (2009:128-129),
refiere que “La Comisión Europea en su reunión de Lisboa del año 2000, llegó a
la conclusión y acuerdo entre los países que la componen, acerca de los ámbitos
de competencias en los que sebe manejarse el alumnado al finalizar su educación
obligatoria. Son los siguientes:
Comunicación en lengua materna
·
Comunicación en lenguas extranjeras
·
Dominio de las tecnologías de la información
y de la comunicación
·
Competencias matemáticas, científicas y tecnológicas
·
Espíritu de empresa
·
Competencias interpersonales y cívicas
·
Aprender a aprender
·
Cultura general.
Casanova (2009:129) menciona
los cuatro pilares que propone Jacques
Delors, en todo el desarrollo formativo de los futuros ciudadanos:
·
Aprender a conocer
·
Aprender a hacer
·
Aprender a ser
·
Aprender a vivir juntos
Casanova (2009:130) incluye
de Morín (2001), que “para conformar una personalidad con
posibilidades de adecuación y supervivencia en la sociedad actual, éstos son
los saberes del futuro:
·
Qué es conocer: el error y la ilusión
·
Conocimiento pertinente
·
Condición humana
·
Identidad terrenal
·
Afrontar las incertidumbres
·
Comprender
·
Ética del género humano.
LA
TRANSVERSALIDAD DE LOS CONTENIDOS
Además de los ejes
transversales curriculares establecidos, “hay que hacer realidad la necesidad
de interrelacionar todos los saberes que aprende la persona, de facilitar su
cohesión para que puede aplicarlos cuando sea preciso: diferentes estudios,
trabajos, relaciones…; al fin, la educación pretende formar personas que asuman
la incertidumbre del futuro con garantía de éxito” (Casanova, 2009:131).
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